Para compartir con ustedes

El proceso grupal

Los integrantes de la cooperativa inician tareas en forma grupal, ligadas a la producción apícola, a comienzos del año 2006.

Entre estas podemos mencionar el uso coordinado y compartido de una pequeña sala de extracción ubicada en el establecimiento de uno de los apicultores, la compra conjunta de insumos para la producción, y la comercialización de la producción a intermediarios provinciales.

Estos también han compartido jornadas de trabajo, de forma de colaborar con las tareas de alguno de los apicultores en particular. Las relaciones solidarias dentro del grupo han sido uno de los ejes que permitieron al mismo su consolidación como tal.

Se han compartido también diversas instancias de capacitación, tanto en lo referido a la producción apícola como a la organización grupal.

De esta forma el proceso hoy consolidado permite visualizar fuertes lazos de confianza y respeto entre los integrantes de la cooperativa. La economía solidaria hoy practicada por la Cooperativa de Trabajo “El espinal” es fruto de los mismos.

El encuentro motivado por la necesidad fue, a través del tiempo y las experiencias asociativas compartidas, construyendo vínculos de solidaridad, amistad y compañerismo, y madurando la idea de constituirnos en un grupo jurídicamente reconocido y llevar adelante un emprendimiento productivo en común.

Para la definición de éste se discutió a cerca de que estrategias implementaríamos para darle valor agregado a la miel y reducir las fluctuaciones interanuales de precio. A partir del análisis del sector apícola argentino, de las oportunidades que ofrece el mercado internacional y de nuestras posibilidades aparece la producción orgánica como una de las alternativas posibles.

Con respecto a la figura grupal comenzamos a indagar y a discutir cual era la más representativa para nosotros: participamos de charlas, video conferencias, buscamos asesoramiento y definimos la figura de Cooperativa de Trabajo como la que más nos identificaba.

Pensamos en cooperativas por que el espíritu con el que surgen éstas está ligado a la doble condición de empresa con un propósito económico y también social, ya que en ella prevalecen relaciones humanas y solidarias, de búsqueda del “bien común”

Las cooperativas de trabajo, según el INAES, tienen la particularidad de que quienes la integran “ponen en común su fuerza laboral para llevar adelante una empresa de producción, tanto de bienes como de servicios” y en este sentido se adecuaban a nuestra pretensión de armar un proyecto productivo común, en donde pondremos nuestro capital, pero sobre todo nuestro trabajo en él, y nuestro deseo compartido de resolver los problemas comunes de manera colectiva.

Reconocer la necesidad del trabajo colectivo y apostar a él, constituye uno de los ejes a partir del cual se comenzó a diseñar nuestro proyecto.

Esto, va mas allá de ser una herramienta que nos permite insertarnos en el mercado de una manera más favorable siendo pequeños productores, sino que alimenta y enriquece nuestro espíritu y nos posibilita producir y vivir bajo otras lógicas distintas a las altamente productivistas y consumistas impuestas por el sistema de pensamiento único que predomina en nuestra sociedad, cuyos modos alientan la individualidad y fragmentación social.

El proceso de pensar juntos; pensar con otros; reconocernos parte de un nosotros, son elementos que nos enriquecen y nos dan la confianza para pensar que es posible enraizar un proyecto común que integre los intereses y necesidades del grupo y que a su vez contribuya a un desarrollo local ambientalmente sano.

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